Friday, April 28, 2006

Cuando Fátima levantó la tapa del cáliz se produjo algo que jámas habría de poder relatar. Porque, en rigor, no lo vio ya que estaba de espaldas al relicario, mirando los ojos de Francesco Monterga que contra su voluntad, se mantenían fijos sobre el copón de oro. Un resplandor de una blancura indecible emergió del recipiente e invadió todo el recinto. El maestro florentino, al fin, se encontró con el preciado secreto del color en estado puro. Vio el Todo y la Nada a la vez, vio el blanco y el negro, vio el caos y el cosmos repetirse hasta el infinito y vio el infinito expandido del universo y también el infinito inverso, introvertido, aquel que intuyera Zenón de Elea. Fue testigo del principio y del fin, vio la resolución de todas las aporías y comprendió el sentido últmo de todas las paradojas, vio todas las pinturas desde aquellas que se escondían en las remotas cavernas de Francia cuando Francia no tenía nombre, las de Egipto y las de Grecia, las de su maestro y las de sus discípulos y las que él mismo había hecho. Y también vio las que todavía no se habían pintado. Vio la cúpula de la capilla y el índice de Dios dándole la vida al primer hombre, la sonrisa incierta de unamujer contra un fondo abismal y beatífico. Vio a Saturno devorando a su hijo y una hilera de hombres siendo ejecutados con armas inauditas, vio una navaja cercenando una oreja y una campo de girasles como nadie los había concebido, vio la catedral de Notre Dame repetida, idéntica y distinta según la orientación del sol, vio acnatilados precipitándose al mar y bosques sajones solitarios y tenebrosos, vio mujeres alegres, desnudas desoladas en burdeles de un futuro lejano y sórdido, vio un paisaje diurno en plena noche y una calle nocturna bajo un cielo de mediodía, vio unas reses sangrantes pendiendo desde cuartos traseros, vio las edades de la mujer y colores despojados de sentido alguno, vio un pintor en el reflejo de un espejo y una incógnita familia real, vio un caballo deforme estirando su lengua deforme en un caos deforme bajo la devastación de la lejana e ibérica Guernica.